EL PODER DE LA ORACION



«Tengan fe en Dios. Yo les aseguro que el que diga a este cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar!, si no duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se le concederá. Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán. Y cuando se pongan de pie para orar, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que su Padre del Cielo les perdone también a ustedes sus faltas.» Marcos 11 22.26




Coronilla a la Divina Misericordia

A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad (1731).
Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común: 
-primero rezarás una vez el Padre Nuestro y el Ave María y el Credo, 
-después, en las cuentas correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: 
“Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad, de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”;

 en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: 
“Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. 
Para terminar, dirás tres veces estas palabras: 
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero” (476).
"Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros en ti confío."(Diario, 187)

 Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
 Amén.(San Ignacio de Loyola)


Alma 

Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por ellas (848), Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte (754) Rézala incesantemente. Los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita (687): colmaré su alma de paz, y la hora de su muerte será feliz. Que el alma no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso (1541). Cuando delante de un agonizante se reza esta coronilla, se aplaca la ira Divina y la insondable misericordia envuelve al alma (811).
 













...................Coronilla de la Divina Misericordia